Ganas de golpear las paredes de arrancarlo todo de quedarme en calma y de gritar.
Es como cuando te entran ganas de cojer un bate y quedarte solo, solo en el mundo.
Una lagrima recorre entonces tu cara, baja por tu boca, está salada.
Echas a correr, ¿donde? no sabes, no importa, solo quieres estar relajado, tranquilo con el mundo.
El silencio se hace, te tranquilizas, te vas tumbando, cierras los ojos.
Te duermes.
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