Me ducho y las gotas de agua resbalan por mi cuerpo, es una sensación agradable. Me visto y escucho en silencio, y agradablemente silencio es todo lo que recibo.
Vivir a lo grande es uno de los placeres de la vida, aunque no debemos olvidar que el sentir nos puede llevar a tener sensaciones inimaginables. La próxima vez que beba alcohol, dejare que el primer trago rasque mi garganta y me entregue esos sabores que te enloquecen. La próxima vez que bese, sentiré a la otra persona, el tacto de su piel, la humedad de sus labios...
Podemos experimentar todas las experiencias siempre que le dediquemos un poco más de tiempo a las cosas.
Razón que tienes por dios!
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